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Ubicada en un mágico rincón del paradisíaco Mar de Cortés.

BAHÍA DE ALTATA

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EL SUEÑO

"Soñábamos con capturar la esencia del mar en cada ostión, alcanzando una calidad que hablara de perfección y pasión."

Esa fue la idea que nos impulsó desde el principio. Nacimos con el deseo de llevar a cada mesa no solo un producto, sino una experiencia que hablara del mar, de la frescura y del cuidado en cada detalle.

Todo comenzó con largas jornadas en el Mar de Cortés, explorando los rincones de la Bahia de Altata, aprendiendo de su riqueza natural y entendiendo cómo trabajar en armonía con el océano.

Fue ahí donde descubrimos que la calidad no solo está en el sabor, sino en cada uno de nuestros procesos, desde el cuidado del ecosistema, el cultivo hasta la entrega y logística.

LA VISIÓN

DE DON ALEJANDRO SAUCEDA

Con manos trabajadoras y un corazón lleno de sueños, comenzó a imaginar algo más grande que él mismo: un legado. Recorría las costas del Mar de Cortés, observando, aprendiendo, y compartiendo con aquellos que, como él, atesoraban la vida del mar de cortés.

Había algo especial en la forma en que hablaba del océano, como si estuviera vivo, como si entendiera que cada ostión era un regalo que debía ser tratado con amor y reverencia.

Su visión iba más allá de la calidad; era un compromiso con el equilibrio entre la naturaleza y la humanidad. Fue así como nació la idea de construir un espacio natural protegido para el cultivo de ostión, un santuario donde el mar pudiera regenerarse mientras brindaba su generosidad.

Un ecosistema protegido.

Este espacio no solo asegura la calidad y el gran sabor característico de nuestros ostiones, sino que honra la conexión que Don Alejandro siempre tuvo con el océano: un lugar que se cuida y se respeta para las futuras generaciones.